Si queremos conservar nuestras herramientas y utensilios que utilizamos en el cultivo de nuestros bonsais en un estado idóneo para trabajar, son necesarias unas mínimas operaciones de mantenimiento.
Durante su uso normal, la resina, savia, etcétera, se acumulan en ellas. Con la poda, las hojas de las herramientas suelen deformarse, mellarse y, poco a poco, volverse romas.
Cuanto más romas y sucias estén las hojas de corte, será necesario hacer más fuerza en el mango para poder cortar una rama, que antes se podaba sin problemas.
Esta presión extra produce en las herramientas, que el mango se deforme y las hojas de corte se separen, y en el árbol, que los cortes no sean limpios, y se originen desgarros.
Así que para evitar esto llevaremos a cabo varias acciones. Estas son:
Limpieza
Si se efectúa de una manera rutinaria, la limpieza de las herramientas es fácil y rápida.
El primer paso es frotarlas con un paño para eliminar restos de tierra, polvo, etcétera.
La savia o resina que queda acumulada debe limpiarse después con alcohol de quemar.
Si hay óxido, una esponja como las que se utilizan para fregar los platos dará buena cuenta de ello.
Si aún así no conseguimos eliminar el óxido, podemos utilizar un papel de lija, aunque si ello fuese necesario, supondría que las herramientas ya no estaban en condiciones de usarse.
Para lijar, comenzaremos por limpiar primero las herramientas cerradas, y nos aseguraremos de que el mango también queda limpio. Luego, limpiaremos la parte interior apoyando el papel de lija y desplazando las tijeras hasta que las hojas queden brillantes.
Cuando hayamos terminado con esta serie de operaciones, esparciremos por la herramienta una cierta cantidad de aceite (de motor, 3 en 1 o similar) que distribuiremos por toda ella con una servilleta de papel o un trapo. Nos aseguraremos que el remache que une ambas hojas quede bien lubricado, abriendo y cerrando la herramienta varias veces. Esta operación, además de lubricar, suele eliminar el aceite viejo y otros restos de polvo, etcétera, en un lugar de difícil acceso para la limpieza.
Ahora ya están limpias y listas para guardarlas si se trata de un mantenimiento después de cada uso, o bien para afilarlas si efectuamos la limpieza tres o cuatro usos.
Afilado
Puesto que existen dos tipos básicos de herramientas, cada uno de ellos necesita de un afilado distinto. En general existen dos tipos de herramientas: las de corte (tijeras, pinzas de defoliar), y las de mandíbula (tenazas podadoras, tenazas de muñón, podadoras de raíces)
Herramientas de corte
En primer lugar, miraremos la parte inferior de las hojas buscando melladuras, la rebaba que suele aparecer en el filo, etcétera.
Para eliminar la rebaba primero, esparciremos una pequeña cantidad de aceite por la hoja.
Con una piedra de afilar o esmeril colocado PLANO sobre la hoja, lijaremos la zona defectuosa hasta que desaparezca la rebaba como indica la siguiente imagen.
Ahora ya están listas para el afilado, que se realizará desplazando el esmeril a contrafilo como indica la siguiente imagen.
No es necesario insistir mucho; 3 o 4 pasadas serán suficientes si se hace correctamente.
Para comprobarlo, podemos probar el filo sobre una de nuestras uñas: si resbala sobre ella sigue roma, si se engancha en ella, esta afilada.
Herramientas de mandíbula
Las herramientas de este tipo tienen una acción de corte similar a nuestros dientes. Cuando las hojas estén cerradas tienen que estar en contacto en toda su longitud, de no ser así al realizar un corte en una rama, este sera incompleto o desgarrado.
El primer paso es como en el otro tipo de herramientas, limpiarla.
Luego, comprobamos si los dos filos están en completo contacto.
Si cogemos las tenazas y enfocamos las mandíbulas hacia la luz, y no vemos que pase luz entre los filos, está correcta, si pasa luz, la herramienta no esta correcta.
Difícilmente podremos conseguir una separación grande entre mandíbulas, pero sí podemos remediarla en la medida de lo posible.
Para eliminar rebabas en la parte interior del filo, colocaremos un papel de lija entre ambas mandíbulas y, con una ligera presión en el mango, lo haremos deslizar hacia afuera. Efectuaremos esta acción en ambos filos hasta que estén en línea.
Es posible que al terminar el proceso las mandíbulas no cierren suficientemente. Ellos es debido al tope del mango de una de ellas. Con el esmeril, rebajaremos un poco el tope; ¡pero con cuidado! No lijaremos más que el grosor de una hoja de papel. Si lo rebajáramos demasiado, la presión excesiva sobre los filos podría romperlos.
La siguiente operación ser realizará con la mandíbula cerrada. Desplazaremos el esmeril sobre la parte exterior de las mandíbulas, hasta que queden afiladas.
En algunas herramientas de mandíbula, una mandíbula está montada sobre la otra, debemos mantener si es posible este efecto y, en el caso de que vuestra herramienta lo tenga, tendremos en cuenta que la operación solo afilará la mandíbula superior.
Para afilar la inferior, abriremos la mandíbula y afilaremos también por la parte exterior de esta hoja.
Para probar si la herramienta esta afilada, doblaremos una hoja de papel 2 o 3 veces y cortaremos, si esta afilada el corte será limpio, mostrando toda la superficie del filo, si no lo está, no podrá cortar el papel.
Tras limpiar el exceso de lubricante, nuestras herramientas están listas para ser utilizadas para el próximo uso.
Consejo para el uso correcto
Si se siguen unas normas lógicas, las herramientas de Bonsai pueden durar casi eternamente, e incluso no será necesario que las operaciones de mantenimiento os lleven demasiado tiempo.
1- Examinad las herramientas antes de cada uso. Si tienen las puntas dobladas, rebabas, acumulaciones de polvo, óxido... Si ocurre algo de esto, corregidlo antes de usarlas.
2- No utilizad las herramientas para cortar ramas en un cepellón sucio. Utilizad 2 herramientas distintas (una para ramas y otra para raíces) y limpiad bien la tierra de la raíz que vayáis a cortar.
3- Evitad que las herramientas caigan al suelo. Es la principal causa de rotura de filos y puntas.
4- Utilizad la herramienta adecuada para cada calibre de rama o raíz a cortar. Es la segunda causa más frecuente de rotura.
5- Si se trata de una herramienta recién comprada, dulcificad primero el corte, probando con ramas pequeñas. Nunca cortéis una rama demasiado gruesa o de madera dura con una herramienta recién estrenada.
Espero os haya gustado esta recopilación de información sobre el mantenimiento de las herramientas del Bonsai que he adquirido de revistas y páginas web.
Si te ha parecido interesante y quieres saber más sobre los
ejemplares de bonsai que tengo y como los voy a trabajar no dejes de visitar mi
blog donde ya he publicado algunos de mis futuros trabajos y guías, técnicas y
consejos para ayudarte en esta afición.
Un saludo!
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